Mujer se convierte al evangelio tras la muerte de su madre, y se encontraba sin esperanza. Fue entonces cuando encontró consuelo y esperanza en Jesús. La madre de Luisa sufrió un ataque de asma en su hogar, lo cual fue una situación difícil para su papá, su hermano de 15 años y su hermana de 12 años, quienes presenciaron todo mientras Luisa se encontraba en la universidad. Luisa pasó su infancia en la ciudad de Sydney, en Australia, junto a sus padres y hermanos menores.

Jesús cambió su vida.

Luisa manifestó que sus amigos no entendían el dolor que sentía. Después de un año de duelo, se acordó de sus vecinos cristianos, que se mudaron tras la muerte de su mamá. Le hablo de Cristo Jesús y le invitó a la iglesia. «Mi vecina se sentó y me escuchó atentamente, brindándome la oportunidad de expresarme por primera vez. En ese momento, pude compartir mis pensamientos y emociones de una manera que nunca antes había experimentado, dijo a Eternity News.

Fue en ese preciso instante cuando tomé la decisión de convertirme en cristiano. Me di cuenta de que Dios estaba obrando en cada aspecto de mi vida, incluso en aquellos momentos en los que no parecía evidente. Comprendí que Él tenía un plan y un propósito para mí, y eso me llenó de esperanza y fortaleza. Al regresar a casa, no pude contener mi entusiasmo y compartí con mi familia lo que había descubierto. Les expliqué cómo el Evangelio tenía un significado profundo para mí y cómo mi fe en Jesús había transformado mi vida por completo.

Mujer se convirtió al evangelio.

Los animé a acompañarme a la iglesia y a explorar su propia relación con Dios. Para mi sorpresa y alegría, tanto mi padre como mi hermano decidieron entregarse al cristianismo ese mismo año. Fue un momento de unión familiar y crecimiento espiritual que nunca olvidaré. Desde entonces, mi fe ha sido un faro en mi vida, guiándome en cada paso que doy. Agradezco a aquella persona que me escuchó y me brindó la oportunidad de encontrar a Dios.

Hoy, puedo afirmar con convicción que la decisión de convertirme en cristiano ha sido la mejor elección que he hecho en mi vida. Mi relación con Dios me ha dado fuerza, esperanza y propósito. Y estoy agradecido por ello.» Luisa, tras recibir a Jesús en su vida, a pesar de los obstáculos que se presentaron, comenzaron a percibir un propósito en su existencia. Este relato nos habla de la fertilidad, ya que durante años sus vecinos no habían visto ningún fruto en su vida.

Dios consuela en nuestros sufrimientos.

Sin embargo, cuando ella se encontró en un momento crítico, acudió a la iglesia y esto le recordó que estamos llamados a sembrar y regar las semillas, pero es Dios quien trae los frutos en el momento adecuado. «Me gustaría transmitir un mensaje a la gente: si te encuentras hablando de Jesús con tus vecinos o con las personas que amas y parece que no estás avanzando, no debes rendirte». Después de 25 años, Luisa mencionó que una antigua vecina se puso en contacto con ella y quedó asombrada por la intervención divina en su vida.

«Le relaté lo sucedido, explicándole que había aceptado a Jesús y que ahora poseía tres títulos teológicos, además de impartir conferencias. Le hice saber que ella había sido un elemento fundamental en mi trayectoria». «Nunca podemos prever cuándo nuestras palabras tendrán un impacto significativo en alguien. Sin embargo, tal vez hoy en día Dios decida utilizarlas». Dios nos consuela en todos nuestros sufrimientos para que también nosotros podamos consolar a quienes sufren, dándoles el mismo consuelo que recibimos de él. 2 Corintios 1:4 (PDT), concluyó Luisa.

Fuente: Aepmp News