MUJER FUE SANADA DE LUPUS Y DEPRESIÓN POR EL PODER DE DIOS

Mujer fue sanada de lupus y depresión por el poder de Dios durante un servicio, nació y creció en un hogar cristiano en la ciudad de Pasco, Estados Unidos. Sin embargo, después de enfrentar una serie de dificultades, entre ellas la pérdida de su trabajo y su matrimonio, decidió alejarse de Dios y sumergirse en una vida de discotecas y alcohol. «Experimento una profunda depresión que se sumió en un abismo emocional.
Mujer sufría de una enfermedad llamada lupus.
La ansiedad se apoderó de mí, y poco a poco, mi enfermedad comenzó a transformar mi vida por completo. A mis 26 años, recibí el devastador diagnóstico de fibromialgia y lupus. Fue entonces cuando comprendí que mi propio cuerpo se estaba consumiendo literalmente. Me encontraba muriendo lentamente, viendo cómo mi ser se desvanecía de adentro hacia afuera, dijo en un video de Hungry Generation.
Inicialmente, le habían recetado 18 medicamentos diferentes. Además, había tenido que someterse a una operación en ambas manos debido al síndrome del túnel carpiano. También se había intervenido en los huesos y en la columna vertebral, que ya se encontraba en un estado de deterioro. Además, presentaba dos discos abultados tanto en la parte superior del cuello como en la parte baja de la espalda. Estas circunstancias habían hecho que la persona ya no quisiera salir de su casa y que sufriera de ansiedad social.»
Mujer dejo en las manos de Dos sus problemas.
En el momento en que la fatiga por las citas médicas y los tratamientos se hizo presente, la protagonista recordó el poder sanador de Dios. Movida por la fe y la convicción de haber sido testigo de sus milagros, decidió continuar en su camino hacia la recuperación. Sin embargo, fue su hermana quien la impulsó a tomar una decisión trascendental: entregarse por completo al Dios todopoderoso. A partir de ese momento, la protagonista se sintió renovada y fortalecida, sabiendo que su vida estaba en las manos del Creador.
«Al principio, no tenía intención de hacerlo. Sin embargo, llegué a un punto en el que mis hijos presenciaban mi sufrimiento. No deseaba seguir mostrándoles esta lucha constante. Por eso, decidí tomar una decisión diferente. Quería que creyeran en la existencia de un Dios, un ser supremo capaz de realizar grandes proezas. Un Dios que estuviera dispuesto a sanar y a restaurar vidas. Fue así como una noche decidió asistir al servicio, con la plena disposición de dejar todo en manos de Dios y permitirle que tomara el control absoluto de su vida.
Nunca dejes de orar y confiar en Dios.
«Experimenté una paz completa, en la cual mi dolor desapareció por completo. Sentí la presencia de Dios sobre mí de una manera que nunca antes había experimentado. Tuve plena certeza de que Jesús ya estaba obrando en mi vida. En la actualidad, me complace compartir que ya no tengo pensamientos suicidas ni ansiedad. Durante mi testimonio en el servicio, animé a todos aquellos que se encuentran en una situación similar a la mía a no perder la esperanza, expresó.
«Nunca pares de orar hasta que ocurra el milagro en tu vida. No salga de este lugar de la misma manera en que entró. Si ha venido aquí con un propósito o una razón, permita que Dios haga lo que debe hacer. No debería llevar consigo ninguna carga. Entrégasela a Dios». «Siempre queremos resolver nuestros propios problemas, pero Jesús murió en la cruz por nosotros. Por medio de sus heridas somos sanados. Y así fue como encontré la sanidad», concluyó.
Fuente: Aepmp News