EL APARTARSE DE DIOS Y SUS CONCECUENCIAS SI NO TE ARREPIENTES

El apartarse de Dios y sus consecuencias:
En la Biblia, encontramos numerosos ejemplos de personas que se apartaron de Dios y sufrieron las consecuencias de sus acciones. Desde Adán y Eva hasta Judas, la historia está llena de ejemplos de aquellos que, al alejarse de Dios, experimentaron dolor, sufrimiento y, en algunos casos, la muerte.
En el libro de Deuteronomio, encontramos una advertencia clara sobre las consecuencias de alejarse de Dios: «Si no obedeces al Señor tu Dios y no cumples todos sus mandamientos y estatutos que te ordeno hoy, vendrán sobre ti todas estas maldiciones y te alcanzarán» (Deuteronomio 28:15). Esta advertencia se repite a lo largo de toda la Biblia, y es un recordatorio constante de que la desobediencia a Dios tiene consecuencias graves.
Ejemplos claros de las consecuencias al alejarse de Dios.
En el Nuevo Testamento, encontramos un ejemplo claro de las consecuencias de alejarse de Dios en la parábola del hijo pródigo. En esta historia, el hijo menor pide su parte de la herencia y se aleja a una tierra lejana, donde gasta todo su dinero en una vida de pecado y excesos. Finalmente, se da cuenta de su error y regresa a casa, donde es recibido con amor por su padre. Aunque la historia tiene un final feliz, es un recordatorio claro de las consecuencias del pecado y el alejamiento de Dios.
Otro ejemplo de las consecuencias del alejamiento de Dios se encuentra en el libro de Job. Aunque Job era un hombre justo y fiel a Dios, sufrió enormemente cuando Satanás le quitó todo lo que tenía. A pesar de sus sufrimientos, Job se mantuvo fiel a Dios y finalmente fue recompensado por su fe.
Numerosas referencias bíblicas acerca de la consecuencias del pecado.
En el libro de los Salmos, encontramos numerosas referencias a las consecuencias del pecado y el alejamiento de Dios. En el Salmo 32, David habla de cómo se sintió cuando se apartó de Dios: «Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día.
Porque día y noche se agravó sobre mí tu mano; se volvió mi verdor en sequedades de verano» (Salmo 32:3-4). Sin embargo, cuando David confesó su pecado y volvió a Dios, encontró perdón y restauración: «Te confesaré mi pecado, y mi maldad no encubriré. Dije: Confesaré mis transgresiones al Señor; y tú perdonaste la maldad de mi pecado» (Salmo 32:5).
En conclusión: la Biblia es clara en cuanto a las consecuencias del alejamiento de Dios. Aunque puede parecer tentador alejarse de Él en momentos difíciles, la verdad es que esto sólo nos llevará a más dolor y sufrimiento. En cambio, debemos buscar siempre la cercanía de Dios y confiar en Su amor y misericordia para guiarnos por el camino correcto. Como dice el Salmo 23: «Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento» (Salmo 23:4).
Fuente: Aepmp News