Es lamentable saber que las confrontaciones militares en Sudán han dejado ya tantas víctimas y heridos, afectando más a cristianos y que la situación humanitaria se está deteriorando rápidamente.

Los combates entre el ejército sudanés y un poderoso grupo paramilitar han causado cientos de muertos y casi 2.000 heridos en los últimos días. Los ataques aéreos han dañado seriamente la infraestructura sanitaria, alcanzando 4 hospitales y dejando fuera de servicio a otros 16. Faltan suministros médicos básicos para atender a los heridos.

La violencia está provocando graves problemas humanitarios.

La violencia está provocando graves problemas humanitarios, como escasez de agua, electricidad y alimentos para muchos sudaneses. Los enfrentamientos son resultado de tensiones acumuladas durante meses entre dos líderes militares rivales y se desencadenaron por negociaciones sobre reformas en el sector de seguridad. La situación podría agravarse si no se detienen los combates y no se restablecen los servicios básicos y la ayuda humanitaria a la población.

Es una crisis alarmante y preocupante. La comunidad internacional debería ejercer presión para lograr un alto el fuego inmediato, garantizar el acceso humanitario a las víctimas y restablecer la normalidad en el país cuanto antes. Los civiles no deberían pagar el precio de estas disputas político-militares.

Después del derrocamiento del presidente Omar al-Bashir en abril de 2019, las fuerzas militares y los líderes civiles han estado negociando para formar un gobierno de transición.
En diciembre, alcanzaron un acuerdo para crear este gobierno de transición. Pero desde entonces han seguido negociando para integrar las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Liberación (FAR) con el Ejército regular sudanés.

El discurso del Presidente por el cambio de estructura sería la causa de los pleitos.

Esto podría significar que los paramilitares y las fuerzas de élite aliadas a los militares, como las FAR, perderían influencia y poder. Un comandante clave de estas fuerzas paramilitares es Hemedti. En febrero, Hemedti describió el derrocamiento de al-Bashir como un «error» y lo calificó como la «puerta de entrada al antiguo régimen». Esto sugiere que se opone a la integración de las FAR en el Ejército regular, porque podría debilitar su posición de poder.

Es probable que Hemedti y las fuerzas paramilitares busquen proteger sus intereses, incluida su influencia en el Estado y el control de recursos, por lo que se oponen a las reformas. Pero las negociaciones sobre la transición continúan de todos modos. El discurso televisivo del presidente se produjo en medio de crecientes tensiones políticas y sociales en el país relacionadas con cambios en la estructura militar y el regreso a un gobierno civil electo. Estas tensiones están desencadenando protestas y confrontaciones violentas.

Según informa la misión cristiana Mission Network News, existe la posibilidad de que la comunidad cristiana del país se vea afectada o involucrada en estos conflictos violentos. Ya se reportó al menos un incidente donde una bala perdida dio muerte a un cristiano y una iglesia en Jartum (la capital) fue incendiada, según dijo el pastor Richard, quien forma parte de esa misión.

En resumen, la situación política y social del país.

En resumen, la situación política y social tensa del país, con protestas y violencia creciente, ha puesto en alerta a la comunidad cristiana local, ya que al menos un ataque directo ha sufrido. El discurso televisivo del presidente parece haber agudizado las tensiones, con lo que los cristianos temen verse más afectados por posibles incidentes violentos en medio de esta confrontación.

Las autoridades gubernamentales y los islamistas radicales quieren reprimir y perseguir a los cristianos en este país. Capturaron a otro cristiano y no se sabe nada de su paradero. Esto sugiere una creciente hostilidad hacia los cristianos. Temen seriamente que pudieran quemar iglesias y cometer violencia contra los cristianos. Parece haber un creciente sentimiento anti misionero y anti-cristiano en estos sectores.

El pastor y su comunidad están orando fervientemente pidiendo la protección de Dios sobre ellos, para que no se derrame sangre de inocentes y no se destruyan sus lugares de adoración. Comparten un sentimiento de amenaza real. Se emitió una advertencia para que los cristianos estén alerta, pues los extremistas quieren atacarlos. Richard teme que se produzca «caos» y actos atroces contra su Iglesia.

Es una situación muy crítica y preocupante. Lo único que puede servir de consuelo es que su fe en Dios los protegerá, pues Él provee y es más poderoso aún que cualquier oscura amenaza. Pero sus vidas peligran, por lo que la vigilancia y la oración son más importantes que nunca. ¡Qué Dios los libre de todo mal!

Fuente: Aepmp News