Doctora Beverly McMillan, quien durante muchos años de su vida practicó abortos, pensó que estaba bien en ese momento. La decisión de realizar abortos nunca es fácil y pensaba que estaba ayudando a las mujeres, pero no se dio cuenta en realidad que estaba quitando la vida de inocentes. Beverly realizó más de 500 abortos en el transcurso de su carrera, que empezó en 1973, cuando el aborto se convirtió en un derecho en Estados Unidos.

La doctora no sentía paz en su interior.

La doctora, no se sentía contenta con el trabajo que venía haciendo y sentía que estaba mal, cuando tuvo un aborto pudo ver las partes diminutas de un bebé ya formado. «Era un niño pequeño, tan indefenso y era fácil de sacarlo». «Por sí solo, se salió el brazo y el músculo, bíceps perfectamente formados y tuve que ver en ese momento la realidad».

Fue en 1980 que la médica Beverly McMillan tuvo la oportunidad de asistir a una reunión con un grupo de médicos cristianos, médicos cristianos le presentaron la visión pro-vida contra el aborto y le pidieron que leyera la Biblia, apelando a su fe cristiana. Estaba en mi automóvil en el estacionamiento de los médicos en el hospital cuando finalmente me rendí. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Filipenses 4:13.

La presencia de Dios es importante.

En ese momento, tuve una experiencia considerable. La presencia de Jesucristo es muy importante y gracias a Dios ahora tengo paz y tranquilidad. Él me perdono todos mis pecados. Desde entonces, la doctora Beverly lucha contra el aborto, utilizando todos sus conocimientos y experiencias a otros profesionales sobre el verdadero significado del aborto.

«El aborto es pecado y lo sé. Me arrepiento de lo que hice, pero estoy en paz porque el Señor me perdono, por su gracia y misericordia y él me ha dado la gracia de perdonarme a mí misma. No son los sanos los que necesitan médico, sino los enfermos contestó Jesús. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores para que se arrepientan. Lucas 5:31-32.

Fuente: Aepmp News