RAZONES POR LAS QUE EL SER HUMANO LE CUESTA OBEDECER A DIOS
¿Cuáles son las razones por las cuales el ser humano le cuesta obedecer a Dios?.
Las razones por las el ser humano le cuesta obedecer a Dios. En primer lugar, es importante recordar que el ser humano tiene una naturaleza pecaminosa. Desde el principio de la historia, cuando Adán y Eva desobedecieron a Dios en el jardín del Edén, la humanidad ha estado inclinada hacia el pecado. La Biblia nos dice en Romanos 3:23: «por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios». Esta inclinación al pecado nos lleva a desobedecer a Dios y a buscar nuestros propios caminos.
Otro factor que dificulta la obediencia a Dios es la influencia del mundo. Vivimos en un mundo lleno de distracciones, tentaciones y valores contrarios a los principios de Dios. La sociedad en la que vivimos nos bombardea constantemente con mensajes y estímulos que nos alejan de la voluntad de Dios. La Biblia nos advierte en Romanos 12:2: «No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta».
La falta de fe también puede ser un obstáculo para obedecer a Dios.
Además, el ser humano muchas veces se deja llevar por sus propios deseos y pasiones. La Biblia nos advierte en Santiago 1:14-15: «sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte». Nuestros deseos y pasiones pueden nublar nuestro juicio y llevarnos a desobedecer a Dios.
La falta de fe también puede ser un obstáculo para obedecer a Dios. A veces dudamos de las promesas de Dios o no confiamos en su dirección. La Biblia nos dice en Hebreos 11:6: «Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan». Si no confiamos en Dios y en su palabra, nos resultará difícil obedecerle.
El egoísmo y el orgullo son actitudes que nos alejan de la obediencia a Dios.
Finalmente, el egoísmo y el orgullo son actitudes que nos alejan de la obediencia a Dios. Muchas veces queremos hacer las cosas a nuestra manera y no someternos a la voluntad de Dios. La Biblia nos enseña en Proverbios 3:5-6: «Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas». Debemos humillarnos ante Dios y reconocer que su sabiduría y su plan son superiores a los nuestros.
En conclusión, el ser humano le cuesta obedecer a Dios debido a su naturaleza pecaminosa, la influencia del mundo, sus propios deseos y pasiones, la falta de fe y el egoísmo. Sin embargo, es importante recordar que Dios nos ha dado su palabra y su Espíritu Santo para guiarnos y fortalecernos en nuestra obediencia. La obediencia a Dios no siempre es fácil, pero con su ayuda podemos superar las dificultades y vivir una vida en conformidad con su voluntad.
Fuente: Aepmp News