Pieter Borger, biólogo molecular, se convenció que todos los órganos fueron creados por Dios y no por evolución. El biólogo ateo investigo más sobre los genes y las células, y finalmente acepto a Cristo en su corazón. La complejidad y sofisticación de los organismos biológicos, como las moléculas, células y genes, es obra del Creador; inicialmente, como científico incrédulo, Pieter asumió que la evolución y la selección natural podían explicar la complejidad de la vida.

Biólogo acepto a Cristo en su vida.

Sin embargo, la investigación genética le mostró que no todos los genes tenían una función fenotípica clara, lo que puso en duda la visión puramente materialista de la evolución. Esto, junto con otros descubrimientos en la década de 1990, parece haber llevado a Pieter a reconsiderar la posibilidad de la existencia de Dios. Pieter dijo que «Vine por Jesús», indicando que adoptó una fe cristiana. Dio esta entrevista a un programa holandés llamado Cafe Weltschmerz.

Pieter comparó que los genes forman redes y sistemas holísticos, la selección natural opera de manera «ciega» a nivel de pequeños cambios individuales que ocurren al azar. A través del tiempo, estos cambios acumulativos van moldeando la forma en que los genes interactúan y generan un organismo. El biólogo descubrió que la aparición y desarrollo de las especies no podía ocurrir sólo a través de la selección natural y la herencia genética. Esto lo llevó a la conclusión de que tenía que haber una «inteligencia detrás», haciendo referencia a Dios.

Dios es el creador de toda la humanidad.

Esto coincide con la postura central de la teoría del diseño inteligente, que argumenta que la complejidad del mundo apunta a que no puede ser fruto de una «coincidencia» sino del diseño de una inteligencia. Pieter manifestó acerca de los avances en la ciencia son cada vez más difícil separar la creación de Dios. «Desde 1953 sabemos que además de materia y energía, también hay información. Un Creador inteligente, su esposa es conocedora de la palabra de Dios, pero él había estudiado otras religiones e incluso la Biblia, pero no tenía claro.

Lo negué por mucho tiempo, mi esposa estaba plenamente convencida de la existencia de Cristo. En cambio yo tenía duda y le pedí a Dios: Si existía, que diera pruebas. Luego empecé a tener experiencias con el Señor. El ex ateo explicó que normalmente habría descartado la idea como una coincidencia. «Muchas cosas las atribuimos los humanos por causalidad. Pero si ya no crees en las coincidencias, para mí desapareció racionalmente. Así fue como llegué a los caminos del Señor, reconociendo mi falta».

Fuente: Aepmp News