¿POR QUÉ ES TAN DIFÍCIL VIVIR EN SANTIDAD Y QUE DICE LA BIBLIA?

Vivir en santidad es uno de los mayores desafíos para los cristianos, no solo por las exigencias que esto implica, sino también porque se enfrenta a una serie de obstáculos internos y externos. A continuación, exploraremos las razones principales de esta dificultad a la luz de la Biblia.
1. La naturaleza pecaminosa del ser humano
Desde la caída de Adán y Eva, el ser humano heredó una naturaleza pecaminosa que lo inclina hacia el mal. El apóstol Pablo explica este conflicto interno en Romanos 7:18-19: «Yo sé que en mí, esto es, en mi naturaleza pecaminosa, nada bueno habita. Aunque deseo hacer el bien, no soy capaz de hacerlo. De hecho, no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero». Este constante tira y afloja entre la carne y el espíritu hace que vivir en santidad sea una lucha diaria.
2. La influencia del mundo
El mundo ofrece tentaciones que nos alejan de Dios y nos hacen conformarnos a sus valores. 1 Juan 2:15-16 nos advierte: «No amen al mundo ni nada de lo que hay en él. Si alguien ama al mundo, no tiene el amor del Padre. Porque nada de lo que hay en el mundo —los malos deseos del cuerpo, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida— proviene del Padre, sino del mundo». La presión cultural y las distracciones materiales son barreras constantes para vivir una vida santa.
3. La batalla espiritual
La Biblia también enseña que los creyentes enfrentan una lucha espiritual contra las fuerzas del mal. Efesios 6:12 dice: «Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales». Esta guerra espiritual requiere una preparación constante y el uso de la armadura de Dios (Efesios 6:13-18).
4. La necesidad de dependencia de Dios
Intentar vivir en santidad por nuestras propias fuerzas es una tarea imposible. Jesús mismo dijo: «Yo soy la vid; ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada» (Juan 15:5). Esto implica que necesitamos una relación constante con Dios a través de la oración, la lectura de la Palabra y la guía del Espíritu Santo para mantenernos en el camino de la santidad.
5. El llamado a la perseverancia
Vivir en santidad no es algo que se alcance de manera instantánea; es un proceso continuo de crecimiento y madurez. Hebreos 12:1 nos exhorta: «Despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante». Esta carrera requiere determinación y un enfoque constante en Cristo.
¿Cómo podemos vencer estas dificultades?
Aunque vivir en santidad es difícil, no es imposible. Dios nos ha dado herramientas y recursos para ayudarnos:
La Palabra de Dios: El salmista declara: «En mi corazón atesoro tus dichos para no pecar contra ti» (Salmos 119:11). Leer y meditar en la Biblia nos fortalece y nos da dirección.
La oración: En Mateo 26:41, Jesús dijo: «Velen y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil». La oración nos conecta con Dios y nos da poder para resistir.
La comunidad cristiana: Hebreos 10:24-25 nos anima a apoyarnos mutuamente: «Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras. No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros».
El Espíritu Santo: Gálatas 5:16 dice: «Vivan por el Espíritu, y no seguirán los deseos de la naturaleza pecaminosa». El Espíritu Santo nos da el poder para vivir en santidad y nos transforma desde adentro.
Conclusión
Vivir en santidad es difícil porque implica ir contra nuestra naturaleza, resistir las tentaciones del mundo y enfrentar una lucha espiritual. Sin embargo, Dios nos llama a perseverar y nos ha dado los recursos necesarios para lograrlo. Confiando en Él, caminando en el Espíritu y apoyándonos en Su gracia, podemos avanzar hacia una vida santa que glorifique Su nombre.
Fuente: Aepmp News