LA IGLESIA NO PROHÍBE NADA, ES EL TEMOR A DIOS
La Iglesia no me prohíbe hacer nada, es el temor a Dios lo que me limita para no hacerlo. Como persona, mi decisión de abstenerme de ciertas acciones no está motivada por prohibiciones impuestas por la Iglesia, sino por mi temor a Dios y mi compromiso con seguir los principios bíblicos. La Biblia, como fuente de orientación espiritual, me brinda las pautas para discernir entre lo que es correcto e incorrecto a los ojos de Dios.
Obediencia a Dios.
El apóstol Pablo nos exhorta en su carta a los Romanos 14:23, que «todo lo que no proviene de fe es pecado». Esta enseñanza resalta la importancia de actuar de acuerdo con nuestra conciencia y convicciones personales, en base a una fe genuina en Dios. Por lo tanto, mi decisión de no participar en ciertas actividades no se basa en una imposición externa, sino en mi convicción interna de vivir en obediencia a Dios.
Además, la Primera Carta de Pablo a los Corintios, en el capítulo 6, versículos 19-20, nos recuerda que nuestros cuerpos son templo del Espíritu Santo y que debemos honrar a Dios con ellos. Este principio me lleva a considerar cómo mis acciones pueden reflejar mi compromiso con Dios y su voluntad para mi vida. Por lo tanto, mi decisión de abstenerme de ciertas conductas se fundamenta en el deseo de honrar a Dios con mi cuerpo y mi vida en su totalidad.
La Biblia es la guía para tomar decisiones.
Asimismo, el libro de Proverbios 3:5-6, nos insta a confiar en el Señor con todo nuestro corazón y a no apoyarnos en nuestro propio entendimiento. Esta sabiduría bíblica me lleva a buscar la guía de Dios en cada decisión que tomo, incluyendo aquellas relacionadas con mi conducta y estilo de vida. Mi temor a Dios se manifiesta en mi deseo de buscar su voluntad y seguir sus caminos, incluso cuando esto signifique renunciar a ciertas actividades que podrían parecer permisibles desde una perspectiva meramente humana.
En resumen, mi elección de no participar en ciertas acciones no es una imposición externa de la Iglesia, sino una expresión de mi temor a Dios y mi compromiso con vivir conforme a los principios bíblicos. La Biblia es mi guía suprema en la toma de decisiones, y mi deseo es honrar a Dios en todas las áreas de mi vida.
Fuente: Aepmp News