Joven cristiana fue secuestrada y obligada a casarse con un hombre mayor en Pakistán. En el año 2021, Nayab fue secuestrada por su empleador, Saddam Hayat, quien era un hombre casado y padre de cuatro hijos. La joven logró escapar del cautiverio con la ayuda de Dios y hoy en día cuenta su experiencia como testimonio de fe y valentía. Nayab Gill relató que empezó a colaborar con un comerciante musulmán para ayudar a su familia a subsistir.

Musulmán amenazó a una adolescente para casarse.

Según sus palabras, Saddam solía visitar su hogar con frecuencia, ya que era dueño de algunas tiendas en la zona donde su padre alquilaba una. En una de esas visitas, Saddam le ofreció a Nayab un salario de 10.000 rupias paquistaníes (equivalentes a unos 34 dólares) para que pudiera ayudar a su familia pobre a complementar sus ingresos. El padre de Nayab aceptó la propuesta, ya que Saddam le aseguró que trataría a la niña como si fuera su propia hija. Sin embargo, el individuo de fe musulmana comenzó a acosar a Nayab en el entorno laboral.

En dos ocasiones, intentó abusar de ella, aunque la adolescente optó por no revelar nada a sus progenitores. «Sentía temor de que, si les contaba a mi familia sobre los avances de Saddam, mi padre me prohibiría trabajar y nuestra familia perdería el dinero que tanto necesitábamos». El 20 de mayo de 2021, Saddam recogió a la joven en su hogar para dirigirse al trabajo, tal como era habitual. Sin embargo, en lugar de llevarla a la tienda de productos faciales, la condujo a una residencia deshabitada, donde la coaccionó para que se convirtiera al Islam y firmara un certificado de matrimonio.

Joven fue obligada a dar falso testimonio.

El individuo amenazó a Nayab con acabar con la vida de su padre si no acataba sus órdenes. A pesar de que grité y lloré desesperadamente, nadie escuchó mis súplicas. Después de ser forzada a firmar el documento, Saddam me encerró en una habitación y se marchó. Durante dos días enteros permanecí retenida allí, recibiendo únicamente una ración de comida cada 24 horas. Al día siguiente, Saddam ordenó a la joven que diera falso testimonio ante el tribunal.

Según su versión, ella se había casado por su propia voluntad y su padre había registrado un caso de secuestro en su contra. Además, amenazó con matar a toda su familia si no testificaba a su favor. Nayab, temerosa de las amenazas que enfrentaba, decidió enfrentarse al juez y afirmar que su matrimonio había sido por voluntad propia. Como resultado, el musulmán obtuvo la custodia de la niña, considerándola su legítima esposa.

Adolescente siempre confío en Dios.

Sin embargo, lo que siguió fue un período de dos años en cautiverio para la pequeña cristiana, en el cual sufrió abusos y violencia inimaginables. «Saddam me llevó a su casa y me encerró en una habitación del segundo piso. Me agredió repetidamente, sin mi consentimiento, tratándome como a una esclava. A pesar de ello, nunca perdí la esperanza ni mi fe en Cristo». Nayab relató cómo durante la terrible experiencia, su fe en Dios la fortaleció y encontró consuelo en la oración.

Cada noche, elevaba sus plegarias pidiendo ayuda divina y la seguridad de su familia. A pesar del miedo que sentía, ella admiraba la determinación de sus seres queridos, quienes no se rindieron y continuaron luchando por su recuperación a través del sistema judicial. Sin embargo, el temor la paralizaba y no se atrevía a revelar la verdad. En cada comparecencia ante el tribunal, afirmaba ser mayor de edad y haberse casado con Saddam por su propia voluntad.

«Era la última semana del mes sagrado musulmán del Ramadán, cuando la ex esposa de Saddam presentó una demanda contra él por amenazarla. Por miedo a ser arrestados, Saddam y sus hermanos huyeron de la casa, pero con las prisas se olvidaron de encerrarme». «Sentí como si Dios hubiera respondido a mis oraciones por la libertad. Salí discretamente de la casa y comencé a correr, sin siquiera saber adónde me llevaría el camino». La niña encontrada por una mujer desconocida que la encontró en la calle y la llevó a su hogar y ahora desea retomar sus estudios y tener amigos.

Fuente: Aepmp News