EL PECADO IMPERDONABLE CONTRA EL ESPÍRITU SANTO

¿Cuál es el pecado imperdonable?.
El pecado imperdonable es un tema que ha generado controversia y debate en el mundo cristiano. A lo largo de la historia, diferentes interpretaciones y opiniones han surgido en torno a este tema. Sin embargo, la respuesta a esta pregunta se encuentra en las Sagradas Escrituras.
En el evangelio de Mateo, Jesús habla sobre el pecado imperdonable en el capítulo 12, versículos 31-32: «Por tanto, os digo que todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada. A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero».
El Espíritu Santo.
Pero, ¿Qué es la blasfemia contra el Espíritu Santo? En términos simples, se refiere a la negación y rechazo de la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas. Es decir, cuando una persona se niega a reconocer la obra del Espíritu Santo y lo atribuye al diablo, está cometiendo este pecado. La blasfemia contra el Espíritu Santo es un pecado grave porque implica una negación completa de la obra de Dios en nuestras vidas. Es una actitud de rechazo y desprecio hacia el Espíritu Santo, quien es el encargado de guiarnos y ayudarnos en nuestra vida espiritual.
Es importante tener en cuenta que este pecado no es algo que se comete por accidente o por ignorancia. Es una decisión consciente y deliberada de negar la obra del Espíritu Santo en nuestra vida. Por lo tanto, aquellos que temen haber cometido este pecado pueden estar seguros de que no lo han hecho si tienen un corazón arrepentido y un deseo sincero de buscar a Dios.
En resumen, el pecado imperdonable es la blasfemia contra el Espíritu Santo. Este pecado implica una negación completa de la obra de Dios en nuestras vidas y es una decisión consciente y deliberada. Sin embargo, aquellos que tienen un corazón arrepentido y un deseo sincero de buscar a Dios pueden estar seguros de que no han cometido este pecado. Como cristianos, debemos buscar siempre la guía y dirección del Espíritu Santo en nuestras vidas y estar abiertos a su obra en nosotros.
Fuente: Aepmp News