EL DEBER DEL LÍDER ES GUIAR AL CAMINO DE LA RECTITUD Y LA SANTIDAD
Líder cristiano.
Si tu líder es consciente de que estás viviendo en pecado y, a pesar de ello, te permite participar en el altar, es necesario reflexionar sobre su verdadero interés. Es posible que esté más preocupado por tu talento y habilidades que por tu bienestar espiritual y la salud de tu alma.
La Biblia nos enseña que el pecado es una ofensa a Dios y una separación de su amor. En el libro de Romanos 6:23 se nos dice claramente que «la paga del pecado es muerte». Además, en 1 Juan 1:9 se nos anima a confesar nuestros pecados para recibir el perdón y la purificación de Dios. Estos versículos nos muestran la importancia de reconocer nuestros errores y buscar la reconciliación con nuestro Creador.
Es comprensible que los líderes valoren los talentos y habilidades de sus miembros, ya que pueden ser utilizados para el servicio a la comunidad y para el crecimiento de la iglesia. Sin embargo, no debemos olvidar que el objetivo principal de la fe cristiana es la salvación y la relación personal con Dios.
El líder debe guiar al camino de la rectitud y la santidad.
Permitir que alguien participe en el altar y sin abordar su pecado puede enviar un mensaje equivocado. Puede transmitir la idea de que el talento y las habilidades son más importantes que la pureza y la santidad del corazón. Esto puede generar confusión entre los creyentes y debilitar la integridad de la iglesia. Es responsabilidad de los líderes guiar y pastorear al camino de la rectitud y la santidad. Esto implica confrontar el pecado de manera amorosa pero firme, animando al arrepentimiento y ofreciendo apoyo espiritual para superar las tentaciones y vivir una vida conforme a los principios bíblicos.
En 1 Timoteo 5:20, Pablo instruye a Timoteo diciendo: «A los que persisten en pecar, repréndelos delante de todos, para que los demás también teman». Esta escritura nos muestra la importancia de abordar el pecado dentro de la comunidad de fe, para mantener una atmósfera de santidad y respeto hacia Dios.
En resumen, si tu líder sabe que estás viviendo en pecado y te permite participar en el altar sin abordar esta situación, es importante reflexionar sobre su verdadero interés. Aunque valora tus talentos y habilidades, su prioridad debería ser tu bienestar espiritual y la salud de tu alma. Recuerda que la Biblia nos llama a vivir una vida santa y a buscar la reconciliación con Dios. Mantén siempre presente que la verdadera adoración proviene de un corazón puro y arrepentido.
Fuente: Aepmp News