Docente de teología, ha tocado profundamente los corazones de miles de personas en las redes sociales. Después de 10 años de oración, finalmente logró el anhelado momento en que sus abuelos entregaron sus vidas a Cristo. Este emotivo acto tuvo lugar en una iglesia de Brasil, donde la emoción y las lágrimas se hicieron presentes.
Testimonio.
Maria Luquet comparte en un emotivo video su experiencia vivida, donde expresa que «podría haber sido una conversión más, pero esos son mis abuelos confesando públicamente a Jesús como Señor y Salvador». Este momento no solo representa un cambio espiritual en sus vidas, sino que también marca un hito significativo en la historia espiritual de su familia. Maria, quien se identifica como la primera cristiana protestante en su linaje, proviene de un hogar donde coexistieron el catolicismo y el candomblé, una religión de raíces africanas.
Maria Luquet creció en un entorno donde el candomblé y las casas de santo eran parte integral de su vida. Desde pequeña, estuvo inmersa en estas tradiciones, participando activamente en sus rituales y prácticas. Sin embargo, todo cambió a los 18 años, cuando tuvo un encuentro personal y radical con Jesús que transformó su vida por completo.
Para Dios no hay nada imposible.
La historia de Maria Luquet se presenta como una invitación activa para todos a no desistir en la oración y el ayuno por la salvación de sus seres queridos. Ella enfatiza que cada esfuerzo cuenta y que la perseverancia en la fe es fundamental. Como ella misma dice: «Ese es la señal para no desistir.
El caso de Maria Luquet y sus abuelos es un poderoso recordatorio de que la conversión puede requerir años de oración, perseverancia y amor incondicional. Esta historia ejemplifica la verdad de que, en Dios, nada es imposible. Su experiencia refleja las promesas bíblicas encontradas en Hechos 16:31, que afirman que «creer en el Señor Jesús y serás salvo, tú y tu casa».
Maria Luquet anima a las iglesias a interceder por las familias que están divididas espiritualmente. Su mensaje es claro: el tiempo de Dios es perfecto, y cada oración cuenta en el proceso de restauración y sanidad familiar. Maria enfatiza que, aunque las circunstancias puedan parecer desalentadoras, la perseverancia en la oración puede traer cambios significativos.
Fuente: Aepmp
